Para situarnos un poco mejor en el contexto, debemos señalar en primer lugar que la esclavitud en el pasado tenía por aquel entonces un gran peso en la economía de las colonias tanto españolas como del resto de las grandes potencias europeas, y que era sobre los hombros de los esclavos que se sostenían las grandes industrias.
Hablemos un poco sobre el reglamento de esclavos del 1826
Reglamento sobre la educación, trato y ocupaciones que deben dar a sus esclavos los dueños y mayordomos.
Capítulo III
De los alimentos y vestuarios
Artículo 1
Los amos deben precisamente dar a sus esclavos dos o tres comidas al día, como mejor les parezca; pero que sean suficientes, no solo para la conservación del individuo, sino para reponerlos de sus fatigas.
Capítulo VIII
De las habitaciones
Artículo 1
Los amos cuidarán con el mayor esmero de construir habitaciones para los esclavos, que sean espaciosas, en lugar seco y ventilado, cerradas y bien seguras, con separación para los dos sexos y con fuertes cerraduras y llave.
¿Existe en estos tiempos un plan para la exclavitud?
Parece que un plato de comida y un techo bajo el que dormir. Es la oferta de la nueva esclavitud del siglo XXI, que aprovecha la desesperación de los trabajadores para ofrecerles empleo a cambio de alojamiento y manutención, sin sueldo ni paga alguna. Los anuncios con estas ofertas corren en los portales de empleo.
Nada ha cambiado porque las grandes industrias del pasado que eran sostenidas por los esclavos son las mismas que ahora son sostenidas bajo el salario mínimo de un 7.25 la hora.
Si usted se siente que solo le alcanza para el techo y la comida sepa que está bajo una exclavitud moderna con la única diferencia que no vive junto a su patrono.
Aún así no se lamente...
Teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
1 Timoteo 6-8
Tenga fe porque ya no es esclavo sino heredero de Dios.